Cada año, al menos varios modelos de vestidos a cuadros aparecen en las pasarelas de todo el mundo. Este es quizás uno de los patrones geométricos más comunes, complicado por un rico trasfondo asociativo. El plaid es un recuerdo de los celtas escoceses, una falda a cuadros sexy y un plaid casero. Todos juntos y cada vez que la jaula luce a su manera en la ropa.
Si lo comparamos con la arquitectura, entonces la jaula en la ropa personificaría el clasicismo. El mismo enfatizó la severidad y la "pureza" de los elementos decorativos. La misma sencillez de líneas bien definidas que subyacen a la elegancia. El gran cheque diagonal es una forma de enfatizar la adherencia a los valores tradicionales y el gusto impecable con medios modernos.
Un vestido a cuadros es severidad y relajación en una botella. Por un lado, un patrón a cuadros organiza un vestido, especialmente un corte recto, y así, por así decirlo, te prepara para un estado de ánimo serio y profesional. Por otro lado, la jaula recuerda a una acogedora manta y da un ambiente de tranquilidad.
Con un vestido de diseñador recto en una jaula azul profundo, es apropiado tomar una taza de café con colegas y socios comerciales sin temor a cambiar a "usted". Un vestido ajustado con una falda esponjosa acentuará la cintura y ocultará las caderas, una jaula de tartán en contraste de azul y rojo agregará brillo, un patrón geométrico diagonal corregirá la figura. La falda levantada a los lados, insinuando los secretos de las mujeres, agregará picante a la imagen. A pesar del color azul oscuro y la geometría definitoria de la jaula, el vestido da espacio a la imaginación y promete libertad de movimiento.
El tablero de ajedrez rojo y negro crea un efecto dramático. De él respira la corrida y las pasiones de Carmen. Rojo y negro. Amor y celos. Orgullo y prejuicio. Todo se mezcla en este vestido de lana de diseñador, por eso no puede dejarte indiferente.