Riccardo Tisci continúa explorando la cultura contemporánea e intenta trazar una línea entre el pasado y el futuro. Esto hace que su colección otoño-invierno luzca moderna y nostálgica al mismo tiempo. El diseñador no siguió las tendencias actuales, por lo que su nostalgia no es por los años setenta, sino por épocas históricas más lejanas en el tiempo. Sin embargo, Tisci todavía está en la cresta de la ola, y los modelos otoño-invierno de Givenchy parecen muy relevantes.
Los omnipresentes Kim Kardashian y Kanye West, sentados en la primera fila del desfile, son una clara señal de que la colección será un éxito comercial. Sin embargo, Jessica Chastain y Amanda Seyfried, que estuvieron presentes aquí, agregaron sofisticación y algo de elitismo y clase al espectáculo. En algún lugar en el medio, estos polos fueron equilibrados por Katy Perry. ¿Qué vieron los invitados estrella esta vez?
En primer lugar, es la persistente renuencia de Tisha a ir más allá del esquema de color lacónico. La base negra, aunque complementada con destellos fugaces de naranja, rojo, azul y amarillo, aún daba la impresión característica de Givenchy. Por supuesto, estos no son cuentos de hadas medievales oscuros o góticos, pero el espectáculo en sí parecía bastante alarmante.
En segundo lugar, Riccardo todavía sorprende con joyas, peinados y maquillaje. Estos componentes se han convertido desde hace mucho tiempo en parte indispensable de sus colecciones, complementando las imágenes y haciéndolas más completas.
En tercer lugar, la colección en sí. Riccardo Tisci, enamorado del streetwear, lo ha combinado con éxito con los códigos de la firma de la casa de moda parisina durante una temporada consecutiva. Esta vez, está inscribiendo la mezcla en la época victoriana, y vemos elegantes frac negros, ricos vestidos de seda estampados, blusas de terciopelo y bordados de cuentas en la pasarela. La colección se ve muy rica, aunque no contiene elementos llamativos. En muchos sentidos, los modelos otoño-invierno combinan la concisión, la integridad y la pasión por las cosas caras al mismo tiempo.