Si hay algo eterno en el mundo, entonces quizás la adicción de Vivienne Westwood al punk sea una de esas cosas. Sus colecciones no pueden confundirse con las obras de otros diseñadores, y ni la estacionalidad ni los años no influyen en ello en absoluto. Ya sean deportes, cultura kidalt o futurismo, trajes clásicos o prendas de punto, cada pieza lanzada bajo la etiqueta Vivienne Westwood permanecerá para siempre profundamente rebelde y británica.
Combinando el interés por los cómics, los estampados grandes y los estampados florales con la moda para la ropa de los deportistas, Westud consigue una mezcla explosiva que no todo el mundo, ni siquiera la sofisticada fashionista, puede digerir. Primero, es muy generosa con los patrones y colores: amarillo limón, naranja, burdeos, rojo, carmesí y azul. En algún lugar, el color llena todo por completo, en algún lugar se mezcla en una bola pulsante y ondulante, sin permitir resaltar los detalles. En este contexto, los conjuntos en blanco y negro y azul y beige no parecen tan sorprendentes como relajantes. Este espectáculo se asemeja sobre todo a una fiesta de estudiantes, que reunió a representantes de todas las facultades de una gran universidad, desde diseñadores gráficos y tipógrafos hasta atletas, estudiantes graduados de derecho y química industrial. Exteriormente, a veces son completamente diferentes, pero están unidos por la juventud,grandes esperanzas y deseos de encontrar su lugar en la vida. Quizás así fue como se presentaron los marcos de la colección de primavera en Vivienne Westwood.